jueves, 22 de diciembre de 2016

LA POPULARIDAD DE PEÑALOSA Y SUS COLEGAS

LA POPULARIDAD DE PEÑALOSA Y LA DE SUS COLEGAS: SE TIENE EN CUENTA QUE LAS ENCUESTAS HAY QUE LEERLAS AL REVÉS.

Por: Carlos Gutiérrez.

En vísperas de fin de año donde lo importante son las compras navideña, la entrega de la prima y sueldos para gastarlo en sus placeres (Algo que los profesores del distrito, según fuente El Espectador no han recibido completo) también se hace el ranking de las mejores gestiones capitalinas colombianas. Las encuestas (empecemos a alertarnos) enumeran de diez a uno quien fue el peor y quien el mejor de los alcaldes.  

Los mejores: Según publicación El Tiempo y El Espectador, a partir de la firma encuestadora Gallup los Alcaldes de Medellín y Barranquilla fueron los mejor posicionados en el ranking haciendo el oro y plata respectivamente. Aunque hay que tener en cuenta que los índices de violencia en la ciudad de las flores no es la mejor últimamente. Al momento de recibir el premio, los alcaldes sintieron un sin sabor agridulces (cual frase de futbolista paisa), pues, comprenden que las encuestas últimamente hay que leerlas al revés. Cuando se le pregunto al alcalde de Barraquilla sobre el resultado, su rostro y su voz solo pudieron admitir que se encontraba en el limbo de la incomprensión: “Me entro una de esas dudas existenciales que le daban a Hamlet cuando no sabía que ser” afirmó.

Cerca de ellos se encuentra el alcalde de Cali, quien tuvo una aprobación y desaprobación del 47%. “Debe comprenderse que esta ciudad siempre ha sido bipolar” afirmó el alcalde, y continuo diciendo: “Si lo miramos desde otro punto de vista, un empate es una victoria a medias que también sirve. Es como en el futbol, es mejor obtener un punto a perder tres”. Tal vez uno de los eventos que tuvo influencia en el empate técnico de la encuesta fue el ascenso del América a la primera B del futbol colombiano: “Es comprensible que este evento afectara los resultados, pues la mitad de los caleños son del Deportivo Cali y la otra mitad del América de Cali, era obvio que a los hinchas del verde no les gustara lo del ascenso” indico el alcalde.


Pero si por tales zonas llueve, en la capital colombiana lo que cae es una tormenta perfecta. La seguridad, la movilidad, el medio ambiente, la reserva, la toma del “Bronx” y el “Samber” se convirtió en los puntos de referencia al evaluar al alcalde Peñalosa; quien va de capa caída en la percepción que tienen los bogotanos sobre la administración. El “Bogotá mejor para todos” no se aplica ni para él. Desde diferentes puntos lo han bombardeado de críticas: los grupos ambientalistas, el congreso y el consejo de Bogotá, hasta el ex alcalde Petro quien aconsejado por Uribe decidió batallar desde Twitter. Lo único que Peñalosa indico a tal aprobación tan paupérrima fue que: “Estamos poniendo la casa en orden y, no olvide que son las encuestas las que le daban la victoria al SÍ, a Hillary y el no al Brexit, lo que estamos es bien, solo dele la vuelta a su tabla de resultados” señalo. 

miércoles, 14 de diciembre de 2016

LA GUERRILLA VISITA EL CONGRESO

LA GUERRILLA VISITA EL CONGRESO O EN LAS ENTRAÑAS DE LA BESTIA
Por: Carlos J. Gutiérrez.

Esta semana se conoció que por medio de la representante a la cámara, Ángela María Robledo, se gestionó el ingreso al congreso de los voceros de las FARC. La primera impresión que tuvieron fue la de un vacío existencial, pues, afuera del edificio, para ellos era comprensible que gran parte de la población los considerara como los malos, los Dart Vader colombianos cuya estrella de la muerte no es un estrella si las selva y montañas colombianas. Pero, dentro del edificio, no sabían si eran los malos o los buenos, si eran los buenos entonces ¿qué hacían ahí? Si eran los malos, ¿qué nivel de maldad tenían? Lo cierto era que no estaban ni tan lejos ni tan cerca de nuestro senador Palpatine.

A su vez se sintieron como en casa: los camarógrafos los seguían, les hacían una marcación cuerpo a cuerpo robándoles su espacio personal y hasta su aire. Santrich desde su mirada oculta pudo comprender porque el senador de corazón grande se negaba a abandonar tales recintos. Pensó para sí mismo “¿Quién querrá abandonar tanto espectáculo?, no se puede, es imposible dejar a un lado estas cómodas sillas, estas cámaras, estas luces, esta sensación de fama y poder” a las cámaras no diría eso, simplemente se limitaría a comentar que el día 16 de diciembre inscribirán ante el consejo electoral su movimiento “voces en paz”.

La novena navideña no va a empezar muy alegre para el centro democrático, sobre todo para su líder espiritual quien en las horas de la mañana del 14, desde su casa (supongo) había twiteado (Un participio que solo funciona en presente para el) una foto donde veía al sol y la luna al mismo tiempo, y señalando “La luna en esta temprana mañana de Bogotá, en una hora de coincidencia con el sol, tanta luz y tanta oscuridad”. Su voz poética lo poseyó en esta madrugada y nos lleva a pensar en un sinfín de interpretaciones.

¿Lo de luz lo hablara por él o por el debate en torno a la prohibición de adopción por parte de parejas del mismo sexo? ¿Lo de oscuridad, tan vasta simbología sobre esto existe, lo dice por la aprobación del fast-track o porque sabía que los líderes de las FARC estarían más tarde en el interior de la bestia de la cual es se considera su propia alma? Sus entrañas se le debieron de mover, su cuerpo debió de sentir un escalofrío que lo haría retorcerse, lleno de impotencia, no hay alegría completa para él en ese día. Su novena, su navidad, su fin de año estará llena de claroscuro como el de la mañana que decidió plasmar en un tweet.

En otras observaciones: ese contraste no solo es para el patriarca gran colombiano, también para la guerrilla que mientras habla sobre el nuevo movimiento que va a promover a su vez tiene que señalar que en sus filas hay cinco disidentes, cinco que no quieren abandonar las armas. Además de esto también deben tener en el cuello, en su cabeza, un miedo que los incomoda: El asesinato de líderes sociales. La bestia suele hacer de las suyas cuando logra atrapar a alguien, lo enreda, lo maniquea, lo extraña y lo transforma.



domingo, 11 de diciembre de 2016

PÓLVORA Y QUEMADOS S.A.S.

Pólvora & quemados S.A.S.: El modelo económico de la venta por Internet de elementos inflamables

Por: Carlos J. Gutiérrez.

La utilidad de los medios implica la total innovación del mundo mercantil. Se sabe que llego diciembre con su alegría mes de parranda y celebración. También surge la demanda de elementos como juguetes, enceres, ropa, arboles, musgo, bolitas de navidad, Papa Noel´s de peluche, muñecos de nieve iluminados que hablan y de la tan prohibida pero siempre deseada pólvora. 

No los culpo. Nadie los culpa. Quién no quiere mandar a los cielos un volador, quién no quiere ver a un niño con su chispita mariposa envuelto en una ruana (o en una chaqueta, el estrato lo decide) haciéndola girar y sorprendiéndose por tan luminoso evento, quién no quiere ver a la tía de brazo fuerte amarrar a una cuerda una esponja de brillar, prenderla y hacerla girar de tal forma que se genera una rueda gigante a la cual uno se quiere meter, quién al final de la noche espera ver al volcán, ese reactivo que se coloca en la mitad de la calle y cuyo éxtasis llega al momento de apagarse, pues, todos los niños correr para ser el primero en pegarle una patada y caigale a quien le caiga. (Lo sé, extraño la navidad de los 90´s)

Ante lo anterior, el comerciante actualizado dejo de lanzar sus productos escondiéndolos en medio de hierbas para la aromática o para los dolores corporales, dejos de andar en un carro exponiéndose a que alguien de verde, lo frene y le pida sus papeles. Para evitar eso, el comerciante lanzo su proyecto de “Pólvora & quemados S.A.S.” empresa virtual dedicada a la venta de productos volátiles, inflamables y peligrosos en el cual cada uno de sus compradores es un socio más que se une a su causa. No tiene que ir a ningún local, no tiene que correr y esconderse cuando vea a un policía, no, su forma de comercio reside en la venta por Internet, el catálogo al que usted accede disfrazado de juguete le propone un gran número de productos de los cuales usted “pequeño accionista” podrá escoger. Debe aprender la clave, por ejemplo, si usted es de los que busca para sus hijos las chispitas mariposa las puede ubicar en el catalogo como “Barbie fairytopia” por la cuestión de ser pequeñas y luminosas.

Su participación en este proyecto no requiere más que su aporte, el que usted desee, de tal forma que si pierde solo pierde lo que invirtió, tan fácil y sencillo como decir que si usted prende un volador y este se le lleva la mano, no se preocupe, no va a perder nada más. Como puede leer, es un negocio redondo, uno muy completo. 

viernes, 9 de diciembre de 2016

DANZA MACABRA

DANZA MACABRA
POR: Carlos J. Gutiérrez.

Hay una fiesta galante y nada oculta que el mundo permite cuando los tiempos inmisericordes pasan sin pausar. Una fiesta en la que los bailarines usan tres trajes diferentes por su papel durante el evento, una bailarina usa el traje blanco, un bailarín un traje negro y otros un traje gris. Todo listo para el baile que se presenta. El salón redondo iluminado de una suave luz brillante da la bienvenida a todo aquel que desee participar. Hay en el mundo de las acciones y los eventos tres personajes que complementa esta danza macabra donde la comida y el vino abundan para olvidar.

La bailarina, de traje blanco sentada a la espera del primer movimiento. Sonríe, sus manos en sus rodillas y sus piernas cruzadas ven pasar a las sombras que se saludan entre sí, se codean, sus sonrisas más blancas aun expresan dicha y satisfacción. La bailarina, tímida pero contenta, ve en el salón redondo que todo aquello que ahí se mantiene es el paraíso terrenal que se nos ha bajado desde el cielo. Hay varias, muchas otras que esperan una invitación, pero quien será el que tomara la iniciativa, qué bailarín, qué caballero galante hará el primer movimiento para que la bailarina levante su mano. Ahí viene.

Una figura oscura, su traje negro, su sonrisa sin temor, da pasos, no largos para no asustarla, suaves, musicalizados con los instrumentos, la mira fijamente. Lleva en sus manos un racimo de uvas, son pocas las que quedan, pues él ha consumido algunas mientras a lo lejos la miraba, la acechaba y esperaba el momento de empezar. Se acerca, su mano extiende el racimo brillante de tres siluetas moradas que gratifican la mano de la doncella quien con sus dedos suaves las tomas y las acerca a su boca. El baile casi empieza.

El bailarín de traje gris, triste observa como las dos siluetas se juntaron y el no pudo tomar iniciativa. Se pondrá a bailar con siluetas de su mismo color más lo único que hará es dar unos pasos torpes mientras que obseso ve el baile principal. Los violines se mueven con ritmos suaves para que las parejas se inviten entre sí, para que el salón redondo se pueble de siluetas en movimientos giratorios donde sus sonrisas desprevenidas desaparecen y donde la comida, el festín, tiende a desperdiciarse. El vino, el vino se agota, todo ha sido bebido, nada quedo para ser repartido nuevamente. El éxtasis proviene de la suma del elixir que aligera los pasos de las figuras.


La silueta negra toma la mano de la bailarina, la toma de su espalda, giran, giran y giran hasta llegar al centro del salón. Las figuras grises solo bailan y miran encantadas aquello que se les presenta, solo uno, solo uno ve eso con temor. El bailarín quien tiene en sus brazos a su bailarina le sonríe sin que ella entienda, mas no se suelta, permanece junto a él, la retira un poco, su traje negro se encuentra ahora adornado con una rosa carmesí. Un giro de la distancia la devuelve al bailarín, el cae en su pecho, observa la rosa, lo mira, sonríe, el hombre se la entrega, la bailarina la toma y se pincha con las espinas, sus dedos empiezan a sangrar, su rostro se vuelve algo triste, palidece, el hombre la acaricia, le sonríe, le dice que todo está bien, dan giros que hacen que su vestido blanco se torne rojo a cada momento. El bailarín de gris, mira, absorto, obseso, silencioso, no había visto un espectáculo como ese, no reacciona más que para permanecer quieto y mirar como el cuerpo inerte de la bailarina despojado de su blancura cae en medio de la gente y se torna sangre, y el bailarín se vuelve una sombra, un sombra que gira rápido, se avienta al techo y se esfuma. Los violines bajando sus tonos van desapareciendo, todo ha quedado en silencio, la sangre permanece ahí, nadie hace nada, nadie se atormenta, nadie sabe que pasó y que pasará.   

sábado, 3 de diciembre de 2016

TEMPORADA DE CAZA

TEMPORADA DE CAZA
Por: Carlos Julio Gutiérrez.

Uno de los recuerdos más gratos de la infancia era cuando finalizaba el colegio y se iniciar la temporada navideña. No era como hoy en día. No era que desde septiembre se empezara a hablar de navidad, las emisoras hicieran un pre-aguinaldos y las tarjetas de crédito empezaran a hablar de compre hoy y pague en febrero. No. No había tanto afán de consumo. No había la necesidad de vivir tres celebraciones al mismo tiempo para al final no saber si invitar a la novia, disfrazarse de gárgola o alistar la pinta navideña. No. Además, la temporada navideña tenían una esencia de tradición que hoy en día se ha medio perdido.

Se comprueba la anterior tesis con lo que había empezado a decir. Noviembre era el sufrimiento de los exámenes finales sumado a la idea de saber cuál será el regalo de la familia y la ropa que se comprará. ¿Dónde? Eso era obvio. El centro de la ciudad es la meca de las compras navideñas. Allí se desarrolla mejor la temporada de caza. Antes de Trasmilenio, cuando los buses ejecutivos y no ejecutivos dominaban el panorama de las calles de la capital, ir al centro, era ir al núcleo del caos. Las mujeres más experimentadas, los hombres más astutos iban con sus hijos el primer fin de semana de diciembre para comprar la ropa que todo niño deseara vestir el 24 y el 31. La caza por el mejor precios, la puja por dar la mejor oferta: “si me lo deja en 40 me lo llevo”… “son precios fijos madre”… “no le creo, bueno, negociemos”… “lo máximo que se lo puedo dejar es en cuarenta y cinco, mas no puedo”…

El centro siempre ha sido así. Caótico. ¿Por qué? Bueno, hay muchas respuestas, la familia siempre dice que es porque todo el mundo espera a última hora –como buenos colombianos- a comprar todo lo de navidad, los amigos dicen que es porque la ciudad se llena con luces, muñecos y demás adornos que son necesarios visitar porque es algo que no se debe dejar de hacer. Una profesora de literatura señalaba que el centro es un caos poblacional que implica la apertura a la delincuencia en todas sus formas porque es el lugar de encuentro de todos los estratos sociales. Hay mil excusas paro lo que sucede en el centro. Sus calles estrechas, sus grandes buses, sea antes o ahora, el robo –esa es la zona de caza preferida de los avivatos-, los barrios marginados y olvidados durante décadas que ahora intentan limpiar aunque la solución no es satisfactoria.

Para este año la alcaldía de Bogotá se propuso tomar “cartas en el asunto” sobre el problema de movilidad durante la época decembrina, teniendo en cuenta además que se levantará el pico y placa. Actividades culturales, charlas y acuerdos con los vendedores ambulantes, incrementos de la fuerza pública y privada en zonas de alta concentración de caminantes, y una idea oscura sobre la generación de una pedagogía y recuperación del espacio público. Sea o no sea satisfactorio lo que el distrito quiera implementar, siempre hay que tener en cuenta lo siguiente: el espacio público en el centro ha sido un problema que no ha podido solucionar ninguna administración durante muchos años, muchas décadas. Su costales en el piso, sus productos de bajo precio que se mezclan con celulares (la moda de hoy en día) robados, el aroma constante de hierbas, menjurjes, comida recalentada y basura son un coctel que no solo se vive en época navideña, sino durante todo el año.

Pero, olvidemos lo anterior, olvidémoslo. La tradición indica siempre esa necesidad de pasearnos tomados de la mano de nuestra madre o abuela muy fuerte para no perdernos, ellas siempre con bolsas negras que contienen las bolsas de la ropa que se compró, los zapatos que se probaron y los juguetes de los primos que no fueron: “hay que engañar a los ladrones mijito, cójase fuerte y no le ponga cuidado a nadie, agarre duro las bolsas para que no se las puedan rapar”. La décima con su piso entre basura y el desgaste de una gran cantidad de pasos de personas que se preparan para una de las épocas más alegres de Colombia. Diciembre es una temporada de caza para muchos desde muchos ámbitos. Es la época del escape, tal vez por eso hoy en día nos adelantamos tanto a la fecha.

Nota al margen: ¿Se dieron cuenta que la firma encargada de la venta de ETB lleva el nombre de uno de los monopolistas históricos norteamericanos? Eso me suena a una premonición que afectará a muchos.

domingo, 13 de noviembre de 2016

ENTRE LA PLÁTICA Y LA ACCION

ENTRE LA PLÁTICA Y LA ACCIÓN
Por: Carlos Gutiérrez.
La visión entre la caracas y la décima varia en la sexta sin generar un mayor contraste, pues, abajo la caracas se encuentra los locales de autopartes en las cual se encuentran tanto partes nuevas como usadas, las usadas, la mayoría de ellas, son aquellas que fueron robadas en las calles. Una vez escuche: “si a usted le roban un retrovisor, una llanta o el mismo carro, vaya a la sexta, allá lo va a encontrar, el problema es que se lo van a vender”. Por ese lado entonces nos sorprendemos de tener que comprar algo que era nuestro, pero no importa, eso incluso es un problema pequeño, hasta las ciudades del primer mundo al parecer tienen el mismo problema del robo de autos.
Lo interesante aquí es ese semi-rectángulo, esa parte que después de pasar la caracas se ve en los límites que sus cuadras están cerradas por vayas de la policía, esa parte donde hace poco el alcalde promovió el mismo evento que promovió en el Bronx. Ahora, fue sorprendente el proyecto de tomarse un barrio que no tenía más que la ley de los bajos fondos, la ley donde la policía no mandaba o mandaba bajo cuerda subvencionada por esos mismos a los que hace poco expulso. La mirada es triste, los policías simplemente vigilan que las vayas no se muevan, la gente camina cabis-baja y en los límites, los indigentes y drogadictos esperan el momento para poder ingresar por algún lado al lugar que antes habitaban. Ahora, ¿esa fue la gran solución que promovió el señor alcalde?
Después de la glorieta de la sexta con décima, donde los buses y sipts dan un giro, andan horizontalmente la avenida de los comuneros para volver a retomarla verticalmente para recorrer la zona límite de las cruces, el panorama no cambia, empeora. Atrás de la estación de transmilenio siempre se encuentra la vista de una cantidad variable de indigente que pasean la calle en busca de droga, hombres y mujeres en la carrera novena se intercambia dinero por droga, dosis mínimas que los mantienen pasivos y les permiten ignorar a los transeúnte que no caminan temerosos pero tampoco muy confiados. (Uno de los días que pasaba, un hombre no mayor a los veinticinco años con un cuchillo raspaba ladrillo, tal vez para hacer bazuco, uno le servía de campanero, se azoraba a medida que alguien se acercaba, sea joven o sea viejo, su actuar lo delataba).
¿Qué hacer con esos grupos delincuenciales? ¿Qué hacer con esos indigentes que arrastrados en algún momento de su vida a probar algún estupefaciente terminaron confinados a ser un grupo que se desprecia y al que se le teme? ¿Qué hacer para no dejarlos en la calle, para que no terminen en los barrios cercanos al barrio del cual fueron expulsados? La idea de arreglar el Bronx y el san Bernardo no fue una idea loca. Si se le criticó a Petro el hecho de que no hizo nada en su gobierno por la recuperación de estos espacios, también se le debe criticar a Peñalosa el hecho de expulsarlos pero dejarlos en la mayoría de los casos a su suerte. Si los medios después de la operación en el Bronx señalaban los lugares de Bogotá que podían reemplazarlo, ¿da esto la idea que desde la alcaldía no se pensó en tal variable? Las decisiones directas no funcionan si no se toman todas las variables de la ecuación, el resultado debe favorecer la acción, no prestarse para convertirse en la espada de Damocles.
Ahora, esto no es solo de la alcaldía, esto no es solo de importancia para la policía y para la organización distrital, esto es un problema de todos. Pareciera que quisiéramos ser bogotanos sin involucrarnos con la ciudad. En estos tiempos en donde la cantidad de carros, motos, buses, SITP  y transmilenios no dan abasto para la cantidad de población que se moviliza diariamente, donde se genera un trancón por el simple hecho de que una calle amplia en un tramo se va reduciendo y tiene que aguantar el flujo de dos vías que se unifican, en estos tiempo donde la intolerancia, según los medios, prima y nos golpeamos, insultamos y nos matamos por nada y por todo. En estos tiempos, es hora de obtener una mirada de actuación, dejar de señalar a las zonas de tolerancia y trabajar por ellas, es hora de que todos nos preguntemos ¿Qué podemos hacer por Bogotá?
Inciso: En la cuarta el bus gira a la izquierda para llegar a la diecinueve, un potrero a la derecha y edificios a la izquierda, el archivo distrital, el colegio salesiano león XIII y las casas coloniales, una vista rápida del museo militar, los hombre y las mujeres bien arreglados salen de sus lugares de trabajo. La biblioteca Luis Ángel Arango y la Casa de la moneda terminan de embellecer la vista. Para ese momento el “miedo” que no se debía sentir, el pesar de ver a los que no deberían estar así ha desaparecido, se ha olvidado. La memoria tiene siempre la capacidad de eliminar de nosotros a aquellos que no nos importa.   

CUANDO LA FÓRMULA DEPURADA DEJA DE TENER INTERÉS

CUANDO LA FORMULA DEPURADA DEJA DE TENER INTERÉS
Por: Carlos Gutiérrez.
Por lo general, mi ingreso a conocer la literatura apareció por el interés en temas específicos y etapas concretas. Empecé por esa afición de leer temas existencialistas que me llevaron a Camus, Sartre, Dostoievski o “El Túnel” de Sábato. Así fue siempre. De esto, me surge una vez que otra el interés por un concepto literario que se valida y a la vez se niega, las dos caras de la crítica, un juego de lanzar la moneda. Hace poco la revista Arcadia hablaba sobre la publicación de la novela “Pureza” de Jonathan Franzen y de ahí llegue al concepto de (que había preferido ignorar para ser sincero) “Gran Novela Americana”.
La primera vez que había visto tal concepto fue en una de las historietas que publica el caricaturista Grant Snider en su blog. Aunque yo conocí el nombre del tal dibujante gracias a Facebook. Este, la señala entre las muchas caras de la novel, la dibujo con la bandera de USA como portada de un libro y con tres telas como si fuera una gran presentación para una gran cantidad de público a la expectativa, estaba además entre la novela herética y la novela experimental (¿será que tal concepto tendrá algo de herético y de experimental?), cerca de ella también estaba la “Gran novel rusa”, aunque en este la crítica parece confiada de que Dostoievski y Tolstoi son insuperables en la lengua Eslava. En fin, me surgió no solo el interés por el autor, sino interés por el concepto, incluso fue mucho más por este. El concepto lo generó De Forrest a partir de un ensayo, de ahí en adelante, los nombre Hawthorne, Melville, Twain para el siglo XIX y Fitzgerald, Faulkner, Hemingway y Steinbeck fueron figuras constantes en el siglo XX, a todos se les considero como “El Gran novelista americano”, aunque esto trajo más problemas al asunto, en el mismo texto sobre Franzen también se señalaba que todo lo referente a La Gran Novela Americana estaba dada en razón al hombre blanco. Nada de mujeres (En realidad solo una) ni autores de minorías. En conclusión, la novela americana al parecer como diría Roth, era otro invento Europeo, y este invento implicaba otro estilo para dar forma a la segregación y desigualdad.
La búsqueda sobre el autor genero más información bipolar que se puede colocar en consideración. Supe, que el escritor era amigo íntimo (al parecer) de uno de los últimos postmodernistas norteamericanos el señor David Foster Wallace. Sus primeras dos novelas, obtuvieron el favor de la crítica debido a esa misma corriente en la que “aun” se encontraba inmersa la literatura norteamericana pero por desgracia, para el escritor (también al parecer) no tuvo el favor del público que él esperaba. Esto era algo obvio en cierta forma, pues, las grandes obras del postmodernismos surgirían en los sesenta, “Los reconocimientos” de Gaddis, “El plantador de tabaco” de Barth, “V” de Pynchon, entre otras. Quiere decir que para los noventas, la novela metaficcional, autorreferencial y destructiva de los estereotipos norteamericanos ya había tocado su fin. Digo lo anterior ignorando la popularidad de “La broma infinita” y de Palahniuk con obras como “El club de la pelea” y “Diario”.
De ahí que se replanteo la idea de la escritura de una novela, ¿Cuál era la intención de crear hoy un texto de tal magnitud? ¿Qué elementos utilizar y cuales ignorar para estar de parte del público? Tales preguntas se las respondería en el ensayo “Tal vez soñar” en el cual, según Lago, quien escribiría un reportaje para el diario El País, Franzen proponía que “la única manera de avanzar era retroceder” así que, la única forma que él veía para emparentar a la crítica y al público era volver al realismo decimonónico que dio fruto a muchas de las mejores obras de la literatura universal. Recurriría en palabras de Lago a la forma de Tolstoi (Gran novela rusa) o Dickens (Gran novela inglesa o ¿en lengua inglesa?).
La idea le dio frutos cuando hacia finales de los noventa e inicios del siglo XXI publicó su obra “Las correcciones” la cual, siguiendo al blog “Un libro al día” desplegó con maestría la historia de una familia (un concepto muy norteamericano) y contó sus vicisitudes, sus altibajos, los describió a cada uno desde su propia perspectiva. La novela le dio para ganarse uno de los premios más importante entre la novelística norteamericana y para vender millones de copias de su obra, sin caer, como el mismo dice en crear obras de un pasatiempo más. La publicación de su cuarta novela “Libertad”  y el retorno al realismo lo agrego o lo convirtió en una figura de pura sangre de la gran novela norteamericana, la revista Times lo coloco de portada convirtiéndolo en una leyenda. Eso fue hasta el 2011, de ahí en adelante empezaría a decaer el asunto y dudarse su magnificencia. La fórmula la hiperbolizaron al punto de volverla algo inservible.
¿Por qué? Parece que la explicación es sencilla. La cuestión estriba en que para autores como Lago o Vázquez, en El País, la novela lo perfecciono en su forma, para Guelbenzu también del diario El País, “Libertad es una recreación de los conflictos que conforman la vida contemporánea”. Estas opiniones contrastan con lo dicho en el blog “Un libro al día” (De hecho, fue divertido leer la reseña) donde se realizó la reseña sobre la novela que publico Franzen once años después de “las correcciones”. El autor busca la forma de hablar sobre el libro pero no la encuentra, el texto, (“lo que sea que sea esto” señala el autor) lo dividió en tres partes: meterse con Franzen”, “tradición narrativa reivindicada por Franzen” y “Libertad”, expresa su confusión sobre la idea central de la obras, critica el esnobismo del autor a partir de frases que el mismo construye, es como si la figura del escritor se hubiera auto-publicitado para poder darle paso a un venta sospechosa de sus novelas. Por ejemplo, una de las frase que señala el autor de la reseña es que Franzen comenta que “la literatura no goza de tan buena salud como para permitirse novelas difíciles o lejanas a la gente”, es lo mismo que ya se había hablado antes de la publicación de “Las correcciones” y apuntar esta frase lo lleva a la segunda parte, lo que quiere recuperar Franzen.
La reivindicación del canon decimonónico traído al siglo XXI genera por obvias razones una fórmula novedosa que se acaba pronto, como si su mecha fuera corta. Es necesario reconocer que la crítica literaria señala que toda obra es producto de su tiempo, y en un tiempo donde los grandes discursos han cesado era indiscutible que la creación de una obra de tal magnitud fuera alabada a la vez que permeada de crítica sobre el hecho que su construcción no tiene realmente una intención de acercarse al público ¿la lectura de obras de más de 600 páginas realmente alentara a la publicación de tal tipo de obras? Franzen con su forma de escribir, con su retorno a lo conservador y convencional creo la quintaescencia de lo que hoy en día es el arte: una cuestión basada en la imagen inmediata, cuyo significado se muere muy rápido para dar paso a otro.
Su fórmula depurada con la publicación de “pureza” da muestra de algo que deja de tener interés, el realismo decimonónico no duro esta vez cuatro décadas si no algunos pocos años, si para los críticos “las correcciones” fue el resultado de su experimento y “libertad” el perfeccionamiento de tal ejercicio, “pureza” pierde ya toda capacidad innovadora y se vuelve algo monótono y repetitivo. Parece, que cerrando de forma circular este texto, Grant Sneider no se equivocó al colocar en medio de la novela herética y de la novela experimental a la Gran Novela Norteamericana. No se equivocó porque desde el canon, los críticos, los medios y el público es hereje hablar que un solo texto puede acumular el espíritu de una nación, es herético que se considere todavía a un autor blanco el único capaz de hablar sobre una nación en la que las minorías ya tienen su voz y sus discursos son igual de válidos, y es experimental en la medida que todos los autores buscan por los diferentes medios estilísticos, formales o históricos crear formas, traerlas de nuevo a colación para hacer de su obra, una obra que sea recordada.
  

   

CUANDO LA FÓRMULA DEPURADA DEJA DE TENER INTERÉS

CUANDO LA FORMULA DEPURADA DEJA DE TENER INTERÉS
Por: Carlos Gutiérrez.
Por lo general, mi ingreso a conocer la literatura apareció por el interés en temas específicos y etapas concretas. Empecé por esa afición de leer temas existencialistas que me llevaron a Camus, Sartre, Dostoievski o “El Túnel” de Sábato. Así fue siempre. De esto, me surge una vez que otra el interés por un concepto literario que se valida y a la vez se niega, las dos caras de la crítica, un juego de lanzar la moneda. Hace poco la revista Arcadia hablaba sobre la publicación de la novela “Pureza” de Jonathan Franzen y de ahí llegue al concepto de (que había preferido ignorar para ser sincero) “Gran Novela Americana”.
La primera vez que había visto tal concepto fue en una de las historietas que publica el caricaturista Grant Snider en su blog. Aunque yo conocí el nombre del tal dibujante gracias a Facebook. Este, la señala entre las muchas caras de la novel, la dibujo con la bandera de USA como portada de un libro y con tres telas como si fuera una gran presentación para una gran cantidad de público a la expectativa, estaba además entre la novela herética y la novela experimental (¿será que tal concepto tendrá algo de herético y de experimental?), cerca de ella también estaba la “Gran novel rusa”, aunque en este la crítica parece confiada de que Dostoievski y Tolstoi son insuperables en la lengua Eslava. En fin, me surgió no solo el interés por el autor, sino interés por el concepto, incluso fue mucho más por este. El concepto lo generó De Forrest a partir de un ensayo, de ahí en adelante, los nombre Hawthorne, Melville, Twain para el siglo XIX y Fitzgerald, Faulkner, Hemingway y Steinbeck fueron figuras constantes en el siglo XX, a todos se les considero como “El Gran novelista americano”, aunque esto trajo más problemas al asunto, en el mismo texto sobre Franzen también se señalaba que todo lo referente a La Gran Novela Americana estaba dada en razón al hombre blanco. Nada de mujeres (En realidad solo una) ni autores de minorías. En conclusión, la novela americana al parecer como diría Roth, era otro invento Europeo, y este invento implicaba otro estilo para dar forma a la segregación y desigualdad.
La búsqueda sobre el autor genero más información bipolar que se puede colocar en consideración. Supe, que el escritor era amigo íntimo (al parecer) de uno de los últimos postmodernistas norteamericanos el señor David Foster Wallace. Sus primeras dos novelas, obtuvieron el favor de la crítica debido a esa misma corriente en la que “aun” se encontraba inmersa la literatura norteamericana pero por desgracia, para el escritor (también al parecer) no tuvo el favor del público que él esperaba. Esto era algo obvio en cierta forma, pues, las grandes obras del postmodernismos surgirían en los sesenta, “Los reconocimientos” de Gaddis, “El plantador de tabaco” de Barth, “V” de Pynchon, entre otras. Quiere decir que para los noventas, la novela metaficcional, autorreferencial y destructiva de los estereotipos norteamericanos ya había tocado su fin. Digo lo anterior ignorando la popularidad de “La broma infinita” y de Palahniuk con obras como “El club de la pelea” y “Diario”.
De ahí que se replanteo la idea de la escritura de una novela, ¿Cuál era la intención de crear hoy un texto de tal magnitud? ¿Qué elementos utilizar y cuales ignorar para estar de parte del público? Tales preguntas se las respondería en el ensayo “Tal vez soñar” en el cual, según Lago, quien escribiría un reportaje para el diario El País, Franzen proponía que “la única manera de avanzar era retroceder” así que, la única forma que él veía para emparentar a la crítica y al público era volver al realismo decimonónico que dio fruto a muchas de las mejores obras de la literatura universal. Recurriría en palabras de Lago a la forma de Tolstoi (Gran novela rusa) o Dickens (Gran novela inglesa o ¿en lengua inglesa?).
La idea le dio frutos cuando hacia finales de los noventa e inicios del siglo XXI publicó su obra “Las correcciones” la cual, siguiendo al blog “Un libro al día” desplegó con maestría la historia de una familia (un concepto muy norteamericano) y contó sus vicisitudes, sus altibajos, los describió a cada uno desde su propia perspectiva. La novela le dio para ganarse uno de los premios más importante entre la novelística norteamericana y para vender millones de copias de su obra, sin caer, como el mismo dice en crear obras de un pasatiempo más. La publicación de su cuarta novela “Libertad”  y el retorno al realismo lo agrego o lo convirtió en una figura de pura sangre de la gran novela norteamericana, la revista Times lo coloco de portada convirtiéndolo en una leyenda. Eso fue hasta el 2011, de ahí en adelante empezaría a decaer el asunto y dudarse su magnificencia. La fórmula la hiperbolizaron al punto de volverla algo inservible.
¿Por qué? Parece que la explicación es sencilla. La cuestión estriba en que para autores como Lago o Vázquez, en El País, la novela lo perfecciono en su forma, para Guelbenzu también del diario El País, “Libertad es una recreación de los conflictos que conforman la vida contemporánea”. Estas opiniones contrastan con lo dicho en el blog “Un libro al día” (De hecho, fue divertido leer la reseña) donde se realizó la reseña sobre la novela que publico Franzen once años después de “las correcciones”. El autor busca la forma de hablar sobre el libro pero no la encuentra, el texto, (“lo que sea que sea esto” señala el autor) lo dividió en tres partes: meterse con Franzen”, “tradición narrativa reivindicada por Franzen” y “Libertad”, expresa su confusión sobre la idea central de la obras, critica el esnobismo del autor a partir de frases que el mismo construye, es como si la figura del escritor se hubiera auto-publicitado para poder darle paso a un venta sospechosa de sus novelas. Por ejemplo, una de las frase que señala el autor de la reseña es que Franzen comenta que “la literatura no goza de tan buena salud como para permitirse novelas difíciles o lejanas a la gente”, es lo mismo que ya se había hablado antes de la publicación de “Las correcciones” y apuntar esta frase lo lleva a la segunda parte, lo que quiere recuperar Franzen.
La reivindicación del canon decimonónico traído al siglo XXI genera por obvias razones una fórmula novedosa que se acaba pronto, como si su mecha fuera corta. Es necesario reconocer que la crítica literaria señala que toda obra es producto de su tiempo, y en un tiempo donde los grandes discursos han cesado era indiscutible que la creación de una obra de tal magnitud fuera alabada a la vez que permeada de crítica sobre el hecho que su construcción no tiene realmente una intención de acercarse al público ¿la lectura de obras de más de 600 páginas realmente alentara a la publicación de tal tipo de obras? Franzen con su forma de escribir, con su retorno a lo conservador y convencional creo la quintaescencia de lo que hoy en día es el arte: una cuestión basada en la imagen inmediata, cuyo significado se muere muy rápido para dar paso a otro.
Su fórmula depurada con la publicación de “pureza” da muestra de algo que deja de tener interés, el realismo decimonónico no duro esta vez cuatro décadas si no algunos pocos años, si para los críticos “las correcciones” fue el resultado de su experimento y “libertad” el perfeccionamiento de tal ejercicio, “pureza” pierde ya toda capacidad innovadora y se vuelve algo monótono y repetitivo. Parece, que cerrando de forma circular este texto, Grant Sneider no se equivocó al colocar en medio de la novela herética y de la novela experimental a la Gran Novela Norteamericana. No se equivocó porque desde el canon, los críticos, los medios y el público es hereje hablar que un solo texto puede acumular el espíritu de una nación, es herético que se considere todavía a un autor blanco el único capaz de hablar sobre una nación en la que las minorías ya tienen su voz y sus discursos son igual de válidos, y es experimental en la medida que todos los autores buscan por los diferentes medios estilísticos, formales o históricos crear formas, traerlas de nuevo a colación para hacer de su obra, una obra que sea recordada.