martes, 20 de junio de 2017

DE QUIÉN A POR QUÉ

DE QUIÉN A POR QUÉ

POR: Carlos J. Gutiérrez.

Mirar al frente es mirar un horizonte. El nuestro está oculto, está escondido por una niebla espesa en donde solo vemos sombras. No se habla aquí solo de la esperanza, también de todo lo malo, no sabemos quién hace que, quien está detrás de quien, no se sabe quién realmente ataca y quién no le interesa hacerlo. No sabemos quién causa nuestros males porque estos son también provocados por nosotros. En algún momento todo es una sucesión de hechos desafortunados en donde las excusas solo sirven para seguir hundiendo la verdad que tanto quieren algunos buscar y otros esconder. Pero, ¿Qué hacer en ese sentido? La duda y la incertidumbre reemplazaron al miedo y estas fueron reemplazadas por la amnesia.

Por lo general, cuando sucede un evento, la primer pregunta que se viene a la cabeza es ¿Quién lo hizo? ¿Quién tuvo las agallas para cometer tan atroz acto? Y aunque esto está muy bien preguntar es necesario también realizar una pregunta más. ¿Por qué lo hizo? No nos preguntamos por los motivos que lo o los llevaron a cometer tal acto, la dejamos ahí sin preguntar, sin explicarnos y sin querer saber nada más. Es que la primer pregunta se responde fácil, solo basta con señalar a los culpables de siempre, así lo demostró Cabal desde su cuenta de twitter al culpar a “los Elenos” sobre el atentado en el Andino. No obstante, esto solo se hace con un mayor fin. El decir ingenua o falsamente el nombre de un culpable solo tiene la implicación de generar más odio, recargarnos de más rencor.

El saber quién lo hizo hace que pidamos recompensas, haces que acrecentemos las diferencias, hace que el mundo se desconozca a cada paso, hace que un bus lleno de pasajeros ubique a las personas en las sillas por el hecho de si es hombre o si es mujer, hace que escuchar la palabra musulmán implique que debemos alejarnos de él, hace que el hecho de no ser norteamericano nos quiera hacer permanecer detrás de un muro, hace que ser guerrillero o socialista implique ser retrasado, vándalo y enemigo del estado. El preguntarnos quien lo hizo nos pone a merced de los medios de comunicación y el poder que nos dirige, pues, solo ellos tienen la palabra, solo ellos utilizan la información y la manejan. El preguntarnos quien lo hizo es convertirnos en el pelotón de fusilamiento que añora todos los años la sangre nueva.

Ni siquiera el proceso de paz ha evitado que esta pregunta se olvide y se avance en otras que adquieren más profundidad. Basta decir que nos levantamos sabiendo que somos el segundo país con la mayor cantidad de población desplazada en el mundo, publicado esta semana por la ONU, en la cual la seccional ACNUR indicaba que más del diez por ciento de la población desplazada mundial está en Colombia, solo estamos por debajo de Siria aunque hay que tener en cuenta que el conflicto en tal estado es mucho mayor al que actualmente se vive aquí en Colombia. Pero con esta información solo nos quedamos con el quién fue, quienes son. Solo nos quedamos ahí, las víctimas son cifras borrosas y los victimarios son los enemigos, pero ya, no necesitamos nada más.


Solo nos interesa el quién porque otras preguntas son más complejas de responder y comprender. Si nos preguntáramos por qué llegaríamos a responder porque los grupos subversivos quieren continuar atentando contra la población civil, si preguntamos el por qué llegaríamos a comprender que a pesar de existir un proceso de paz firmado, este no ha sido capaz de erradicar o bajar las cifras de desplazados en Colombia. Los porque nos llevaran a las causas de todo, a la búsqueda del hilo que nos permitirá salir de la violencia que tenemos por laberinto, pues, este nos llevará al cómo y este al qué hacer. Poder responder estas preguntas logrará que miremos al otro no como enemigo, sino como persona, darle la mano, conocernos y construirnos a nosotros mismos con la ayuda del otro, preguntarnos el por qué nos hará revaluar nuestro papel en la sociedad. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario