viernes, 25 de julio de 2014

ASÍ ES COMO SE PIERDEN

ASÍ ES COMO SE PIERDEN
Por: Carlos Gutiérrez
Como los grandes campeones de atletismo o ciclismo. Si los pollitos uribistas participaran en giros, vueltas, tours o mundiales de atletismo ganarían y por mucho. No habría deportista que pudiera alcanzar a estos pollitos que se alzarían con el oro en las diferentes competencias: 100 metros planos, cuatro por cien, vayas, (a)salto largo, triple (a)salto, (a)salto con garrocha; en fin. Estos pollitos sin ningún esfuerzo serian laureados de la misma forma que nuestro amado emperadorcito ha sido coronado y quien es (a modo de mente maestra) el formador de tan eminentes figuritas.
En las últimas semanas tres de estos deportistas han llenado líneas de noticias y tinta de titulares: Uribito arias, el cineasta Luis Carlos Restrepo y la agente 99 María del Pilar, quienes son los protagonistas de una fuga (muy al estilo del ciclismo) que hizo llorar a Quintana y Uran debido a la velocidad con la que corrieron esos tres pollitos que ni el polvero dejaron. Primero el cineasta, luego la agente 99 a los que siguió Uribito que, no mas fue escuchar su condena para acelerar de tal forma que Bolt o Powell se sonrojarían hasta tal punto de provocar su retiro del deporte de las gacelas, pues, ¿si alguien se puede desaparecer en un abrir y cerrar de ojos, que podría hacer en las pistas y delante de todo el mundo?
Un chiste resulta la justicia Colombia a la hora de intentar agarrar a estos atletas. Como el juego de la gallinita ciega en que a uno le tapan los ojos y le dan vueltas para luego mareado, atrapar a los mismos que le dieron a uno los ebrios giros. Ella, la pobre justicia borracha y desorientada por tanta vuelta, busca infructuosamente agarrar a guepardos, gacelas y fantasmas que saben correr muy olímpicamente y ocultarse para tomarse un descanso, riendo bajo el patrocinio del Emperadorcito. O también el Juguemos en el bosque mientras que el lobo esta, en la cual mientras la justicia trata de arreglarse lo mejor que puede, estos pollitos permanecen afuera, burlándose, haciendo trucos tan creativos e imaginativos sin la menos vergüenza se pueda llegar a tener. Inventan actos, espían, y saquean lo que se les antoja. La justicia, coja y distraída no puede con los juegos de estos pollitos.
Y así es como se pierden. Son unos buenos pollitos que huyen fantásticamente al menor intento de ser atrapados, tal como sucede en Snatch, cerdos y diamantes en la que el perro a punto de atrapar al conejo pierde debido al giro inesperado que hace este en su trote y con el cual deja al pobre can jadeante y aburrido viendo como la presa se aleja de su vista. Tal es el punto de vista que nos dejan estos atletas entrenados por el emperadorcito que atrás quedaron los Bolt, los Powell, las Isinbayeva y las Ibarguen, piensen  más bien en los Arias, Restrepos y Hurtados; y quién sabe si más adelante, algún Santos o Zuluaga se medirá a la competencia.
La triste contienda entre la justicia paralitica y los velocistas aún no tiene un final claro; que los atrapen o no es una carrera que parece prolongarse más allá de nuestra vista y nos permite ver un panorama negro en el que ojala y debido a estas fugas no tengamos que molestarnos cambiando nuestro refranero y terminemos diciendo: “La justicia cojea pero los pollitos corren más”.


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