NO OS ESCANDALICÉIS TAN
ROMÁNTICAMENTE
Por:
Carlos J. Gutiérrez
Mientras permanezco en mi
ostracismo preventivo, internet no parece cambiar en su función. Sigue permaneciendo
como “la fuente de información clave” para estar en la casa enterado de todo,
tal vez por eso, para algunos, las medidas que se han tomado tampoco es que les
haya cambiado la vida. Pero bueno, no vamos a hablar de eso, hacía referencia a
internet, porque en una de las redes sociales que adoramos consultar, la librería
“La Valija de Fuego” puso una imagen acompañada de una frase me llevó a
reflexionar sobre la situación que vivimos. En la imagen vemos las diferentes
formas en las cuales las personas encerradas viven el mismo ostracismo
voluntario en el cual yo vivo. Esas escenas se contrastan con la calle, en
donde los que hacen domicilios, los médicos, los de la basura y otro tipo de
personas siguen haciendo su labor, como si nada hubiera cambiado.
La imagen estaba
acompañada por la frase “¡No a la romantización de la cuarentena!”. No se
podría estar mas de acuerdo con esta idea, sobre todo en tiempos en donde el
individualismo es el pan de cada día. El sueño de una torre de marfil; en el
cual evitamos el contacto con tantas personas, nos volvemos adoradores del
teletrabajo y caminamos lentamente hacia el pensamiento de que estar en casa es
estar seguro, también implica la construcción de un mundo ideal en el que el
encierro nos hace pensar que todo está bien y que no hace falta nada ni nadie.
Pero en ese pensamiento nos olvidamos del otro.
Romantizar un estado en
el que nos encontremos no implica prestar atención a la realidad, como comentaría
uno de los usuarios de Instagram a la imagen. Y romantizar la pandemia implica
que se nos olvida que, por esta, construimos un sistema de evasión en el cual
las plataformas, las tareas inventadas o el llenarnos de ejercicios sin terminar
ninguno, se convierten en la manera eficaz de obviar lo que no debe obviarse. También
nos evita cambiar los hábitos que teníamos incluso antes de entrar en la
pandemia, consideramos que normalizar la situación o la forma en la que
laboramos es lo más cercano a creer que no ha pasado nada, además que, al
parecer, en nuestro subconsciente empieza a crecer un tipo de prejuicio hacia
el otro que no habíamos contemplado anteriormente. Empezamos a rechazar a los
médicos, los celadores, los repartidores u otro tipo de personas que ven como
el mundo se detuvo mientras que ellos siguieron andando.
Romantizar la pandemia implica
que olvidamos que nuestras actitudes ante la vida están cambiando y que ese
cambio debe tomarse con calma. Ya, La Pulla, en un video de María Paulina Baena,
explicaba que con el aislamiento la activitis se volvió una enfermedad debido a
la falacia de que hay tiempo de sobra. Cuando, realmente lo que sucede es que
el tiempo es el mismo, y los planes que se proyectan no se van a cumplir por
más encerrados que se esté. Al fin de cuentas, no se trata de hacer muchas
cosas y de querer alcanzar logros de manera inmediata en todas las áreas del
conocimiento. Estar encerrados más bien, debe comprenderse, como un ejercicio
de responsabilidad mutua, como un momento para hacer una pausa y ver la información
con mucha más lentitud de lo que se hacía para dejar de creer en lo que no es
cierto o para evitar caer en creencias que solo nos van a embaucar, así como también
debe servir para agradecer a esas personas que por diferentes motivos aun salen
a las calles puesto que de eso depende su subsistencia.
Ahora recuerdo la frase de
Brecht cuando estrenó su obra “Tambores en la noche”, lo que estamos viviendo
hoy en día, lo debemos vivir como él solicitaba que el público viera su obra.
No se trata de idealizar su mundo apartado del otro, no se trata de entrar en
pánico porque se acerca el fin del mundo y por fin le atinamos a una profecía,
no se trata de vivir en una angustia constante sobre nuestra existencia
esperando que si salimos bien librados de ella para que creer que las cosas
deben y van cambiar. No se trata de nada de eso, se trata de mirar con la
tranquilidad del alma los diferentes eventos que van sucediendo cada día para
poder a partir de ellos tomar medidas que a corto plazo nos van a servir y que,
al final, nos mantendrán conectados con la humanidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario