NO SON DÍAS PARA UN AMATEUR
POR: Carlos Gutiérrez.
“O fortuna velut luna statu variabilis, Semper cresis aut decresis vita detestabilis, nunc obdurat e et tunc curat ludo mentis aciem, egestatem, potestatem dissolvit ut glaciem. Y sí, así empieza el día, sabiendo que todos estamos congregados por esa rueda que cantaron los goliardos. No fue un día normal, no fue un día monótono, lentejo, absurdo sisífico. Fue todo lo contrario. La luna altiva oculta me avisaba, tal vez, lo que iba a suceder. Embutido como buen bogotano me encontraba en mi cama esperando que la alarma a las cuatro sonara como constantemente lo hago desde que volvió el trabajo normal. Hago el viejo rito de subir la roca para verla descender. ¿Por qué lo hacemos todavía? No lo sé.
La noche siempre ha servido para despertar al más atontado. Todo aquel que se crea seguro en la casa que escuche estas palabras porque un testimonio vengo a dar. Rota la rueda de la fortuna para que baje yo por un elemento necesario. Nunca lo hago, siempre los mantengo a la vista para que la tarde no me caiga. Pero no, este día la fortuna no lo quería, me quería esforzar, hacer caer en su trampa. ¿Por qué no caer si la vida se hizo para tener constantes altibajos? Mis pies descalzos insufribles jamás accidentes habían tenido. Hasta hoy cuando la fortuna empoderada mancho de sangre mi talón clavando un bendito chinche invisible y nocturno. ¿Por qué algo tan pequeño causa tanto mal? Me despertó con doloroso hielo.
Sorts immanis et inanis rota tu volubilis, status malus, vana salus Semper dissolubilis, obumbrata et velata michi quoque niteris; nunc per ludum dorsum nudum fero tui sceleris. ¿Quién no se daría cuenta que esa fatiga diaria puede cansar a cualquiera? La suerte estaba en coger el bus rápido, la suerte estaba para que esa mujer llegara temprano a su lugar de trabajo. Pero, como ella es nuestra dueña, la suerte de un giro mando al piso a la mujer. ¿Por qué soportamos diariamente con fortaleza? -porque los pobres somos fuerte, dijo Primo Rojas- bella luna, el giro desafortunado le quito las fuerzas a aquella mujer y cayo sentada, sus ojos no se abrían ni sentándola en una silla, sus cuerpo no reaccionaba ni dándole a oler alcohol, la golpeaste y le avisaste que el hilo le templabas.
Sors salutis et virtutis michi nunc contraria, est affectus et defectus Semper in angaria. Pero, ¡que importa el accidente! Eso está de más. Todos acosados, al trabajo, se hacer tarde y el tiempo corre, despiértate durmiente enfermiza que solo fue un aviso de la fortuna. Despiértate que seguimos, porque enfermos, aliviados, lisiados, fastidiados corremos como caballos desbocados para recibir el sueldo y vivir, no hay otra forma, las horas corren, el trabajo avanza, y al final nada va a cambiar. El broche de oro va a empezar. No confíes de los días calurosos y brillantes, sobre todo en una ciudad donde el clima es templado. No confíes de la sonrisa malévola de aquella dama que bajo su mano oculta su carta más precisa, aquella con la que sabrá herirnos en el alma.
Hac in hora sine moracorde pulsum tangite; quod per sortem sternit fortem, mecum omnes plangiete! Caminando por el pasillo, cuando hacia el final de la mañana me esperaba el descanso, cuando me creí salvado de todo accidente llego una paloma, una sola, una rata volante poso sus residuos verdosos en mi impoluta bata recién lavada. Pareciera querido amigo, que el destino esta contra mí, que no hay nada que hacer, que este mundo, este país, esta ciudad, estas calles, este transporte, esta jornada, esta hambre, estos chinches, estas palomas del avernos, este calor, en conclusión, estos días, no son días para un amateurs.
Inciso: El texto en latin corresponde al poema "O fortuna" de los Carmina Burana.