sábado, 21 de septiembre de 2013

UN TEMA DE MODA

Imagen tomada de: http://www.advancedphotoshop.co.uk/users/3821/thm1024/my_dystopia_v1_a_GNZD29JH1.png
UN TEMA DE MODA
POR: Carlos Gutiérrez
Hemos tenido la sensación de sentirnos a gusto con nuestras vidas, escogiendo todo a partir de nuestro gusto y deseando todo aquello que vemos en las vitrinas. En la revista Arcadia leí hace poco una reseña sobre el libro Criptopunks, escrito por Assange, Appel-baum, Müller-Maguhn y Jérémie Zimmermann. La reseña, escrita por Patricia Holguín es un paseo por uno de los temas de moda a nivel mundial en la actualidad: estamos en un mundo donde todos estamos interconectados por medio de la internet y es allí donde aparece todo cuanto queremos esconder; que los gobiernos utilicen las herramientas recreativas de toda una sociedad para vigilarla hace realidad lo que en literatura se conoce como distopía.
Orwell es uno de los nombre que recorre todo el texto, no soy muy aficionado a su 1984, prefiero su Rebelión en la granja, también es una distopia, de hecho, es el texto que abre el paso de una utopía a una distopia, que es lo que está pasando ahora en este mundo. No vivimos como tal ya en una distopia igualitaria; más bien, estamos en la zona de transición en la que no solo debemos darnos cuenta de lo que está pasando sino, actuar consecuentemente con esos sucesos, de nosotros como ciudadanos depende si nos convertimos en un mundo feliz donde la censura y la paranoia acaba con nuestras vidas, o retomamos la idea de democracia y libertad que, aunque se escuche bastante utópica, no significa que sea irrealizable.
Tenemos el deber (no me gusta la palabra derecho) de convertirnos en eso que dice Snowden: “un público informado (no necesariamente molesto) que reclama el gobierno constitucional prometido”, debemos tener cuidado con las reglas puestas. Si bien, ya hay unos derechos inviolables eso no implica que puedan ser modificados delante de nuestros ojos y nos suceda lo que les sucedió a los animales de la granja que poco a poco iban olvidando sus primeros ideales y delante de ellos se fue transformando todo sin que se dieran cuenta.
Hay que dudar –como lo hizo el burro Benjamín- de la blancura y respetable confianza que tenemos hacia nuestros gobernantes, no entre en pánico cuando vea algo, simplemente, deténgase antes de decir sí o de decir no para evitar una reacción tardía, mire con sospecha aquello que ante sus ojos es verdad absoluta. Recordemos que el mundo de ahora viene de una construcción dada por la idea de razón, hay que transformar esa razón imperante en nuestros días, razón que es utilizada como instrumento de persuasión para las mentes de corto alcance. La razón debe de dejar de ser un instrumento.
Para finalizar, debo objetar en pensar en los mundos ideales o paraísos, dado que, contemplar estos, siempre ha terminado en la creación de tales distopias. El Internet está hecho para que nosotros permanezcamos juntos de alguna forma. La idea de ser una sola sociedad no debe basarse en una paranoia que ve al individuo como un enemigo del sistema, ya que, ese mismo individuo es el que conforma el sistema, es el que hace parte de él. Somos hombres no por ser iguales, sino, por ser diferentes, no olvidemos que a pesar de estar reunidos en un barrio, en una ciudad, en un estado, en una red, cada uno constituye una individualidad y una forma de pensar que, constitucionalmente,  jamás debe ser violentada, mucho menos dentro de una computadora.


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