miércoles, 18 de enero de 2017

UNA VIRTUD INEXISTENTE

UNA VIRTUD INEXISTENTE
Por: Carlos Gutiérrez.

Seneca en su tratado sobre “la tranquilidad del alma” recuperaba el termino griego Eutimia que significaba “estabilidad” y a lo que él lo denominaba como “tranquilidad”. A partir de esto quería condensar la necesidad de mantener un término en el cual no sintamos envidia por aquello que no poseemos ni tampoco nos sintamos rebajados por tal desposesión. En pocas palabras, era lo mismo a lo que se refería el poeta Horacio cuando pregonaba su aura mediocritas, que era el de no tener tanto que fuera ostentoso e innecesario ni poco que pareciera que constantemente faltara algo. La idea es hallar la medida exacta.

La búsqueda de la tranquilidad del alma y de la vida está en encontrar ese término medio en donde lo que poseemos es lo suficiente, lo necesario, el punto exacto de la dicha. Pero, esta búsqueda nos lleva por lo general por diferentes caminos, nos desvía de un “camino recto” y nos lleva por un vaivén que nos mueve emociones tan fuertes que se alojan en el cuarto de la violencia. Nuestra naturaleza nos recuerda ese instinto feroz, que nos asemeja a los animales en algunos aspectos, no soportamos que nos gobiernen, que nos indiquen que hacer, no nos sentimos satisfecho y la envidia nos lleva a cometer los peores actos. Los actos que a simple vista se ven involuntarios se ven permeados por la destrucción de nuestra humanidad. La violencia es la principal fuente de intranquilidad del alma.

Vivir en la ciudad, al parecer es como dice Montaigne la prueba fehaciente de mantenerse como un virtuoso ante las pruebas diaria en las cuales el espíritu está en perpetuo combate. Pues, qué produce más desdén que realizar un recorrido de la casa al trabajo o viceversa en un biarticulado rojo y amarillo completamente tupido de gente, asfixiante e incómodo; qué produce más miseria que recibir un sueldo con el que se paga arriendo, alimentación, la posibilidad de movernos, bañarnos y mantenernos limpios y aun así, quedarnos con un déficit de veinte mil pesos con el cual nos damos cuenta que lo que se gana con el sudor de la frente no es suficiente. Y esto, solo son los problemas personales, individuales, que nos aquejan al punto de mantenernos estresados, de no sentirnos satisfechos, de sentirnos como animales enfermos. Esto es interno.

¿Qué hay de lo externo? Qué produce más intranquilidad que no poder sacar el celular en la calle, tener el bolso pegado al cuerpo como si fuera una parte más, no realizar una parada en algunos lugares para evitar ser abordado. Qué produce más miseria que escuchar en solo media hora que un colado apuñala mortalmente a alguien que le pide que pague el pasaje, que un grupo –posiblemente- de taxistas, abordaron un carro y lo quemaron porque prestaba el servicio de UBER, que los políticos con su largo vicio de la corrupción caen en nuevas formas de robar al estado. De que peor forma se puede poner a prueba la virtud de un espirito que el vivir en un país donde la indiferencia, la mala memoria y la individualidad lo consumen poco a poco sin que este se dé cuenta. O tal vez ya no le importa.

Vivir en un estado, vivir en una ciudad, vivir en el campo, en un pueblo o un lugar donde hayan personas –en conclusión vivir en el mundo- nos hace constantemente evaluar la capacidad que tenemos de convivir. No se trata de soporta estoicamente el dolor que nos provocan, se trata que con nuestros actos, libres, individuales, independientes de cualquier forma política demostremos la virtud de no ser crueles, y de no responder a la crueldad con la misma para que aquel que la provoque empiece a revaluarla. Pero, por otro lado, de no poder ser un virtuosos, tal vez deberíamos decir como Rabinovich de Les Luthiers: “La ciudad es agresiva… el hombre de la cuidad vive muy estresado… crímenes, asesinatos, atracos, altercados, homicidios en primer grado… por eso decidí huir de ese mundo oscuro…buscar un entorno más bello…”. Ahora, el problema es donde. Ya ni la casa.

martes, 10 de enero de 2017

EL PERGAMINO DE PAN: INFORME NO-NOTICIOSO 1

EL PERGAMINO DE PAN: INFORME NO-NOTICIOSO
CONGRESISTA EN ALERTA POR EL SACRIFICIO DE ANIMALES EXÓTICOS RECUPERADOS DE ATLANTIS.
POR: CARLOS GUTIÉRREZ. 10 de enero de 2017
Fuente de foto: Vanguardia liberal.
BOGOTÁ (EL PERGAMINO DE PAN) – En  un giro inesperado de los acontecimientos, los peces encontrados en el centro comercial Atlantis Plaza que eran exóticos y por ende, no son considerados como verdaderas mascotas, la secretaria de medio ambiente decidió sacrificarlos.
La mayoría de los usuarios de Facebook bogotanos se indignaron por tal atrocidad, “¿Dónde están los peces decomisados de Atlantis?” protestó desde su perfil uno de sus voceros.
“No pertenecen a nuestro territorio y serian una amenaza para nuestro ecosistema, de ahí la decisión del sacrificio” comentó en rueda de prensa la subdirección de la SDA. También agrego que: “está no será la única acción que se tomara en referente a animales exóticos, se está derogando la ley de protección animal, para permitir el sacrificio legal de animales exóticos” de tal iniciativa se presume que irán tras las especies de lagartos, sapos, micos y elefantes que por obvias razones no pertenecen a nuestro territorio y son un mal para nuestro ecosistema natural.

Ante esto, una mayoría de congresistas se reunieron y mostraron su preocupación por temor a caer en las redes de la secretaria de ambiente. “Yo me encuentro en vacaciones” comento desde su cuenta de Twitter el ex presidente.

(DES)ARMAR BOGOTÁ

(DES)ARMAR BOGOTÁ

Por: Carlos Gutiérrez.

El 2017 es para Bogotá el inicio de los “cambios revolucionarios”, o eso dice el alcalde. No le creamos, por lo general y según declaraciones, no es que se vaya a salir con mucho. Todo se trata dejar las ideas: el SITP, el Metro, el aumento desmedido de la población, la eliminación del robo, la violencia, la corrupción, etc., etc., etc. No lo digo por decirlo, lo afirma el alcalde en una entrevista a El Tiempo. Es curiosa, es chistosa y muy vaga la entrevista que se publicó en el diario, pues, en la transcripción que hicieron de dicha entrevista se refleja lo relativo de sus alcances y propuestas; su uso de adjetivos superlativos que rayan en la exageración nos invitan a alegrarnos por lo “poco” que se ha logrado, porque es “mucho” lo que realmente se ha cambiado.

“No es mucho lo que se pueda hacer a corto plazo” informó el gerente en la entrevista, como también afirma que “la ciudad no se puede arreglar en seis meses” –aunque se debe resaltar que en plena campaña y en una entrevista por video dijo que el problema de la movilidad se “arreglaba en un mes”-. Él, en sus adjetivos inverosímiles Bogotá es: “inmanejable”, “inviable”, “inevitable” e “indispensable”. Se entiende que Peñalosa es un hombre de avanzada, de vanguardia, de intención modernizadora, en sus palabras, es un hombre “In”. Se eligió por eso, porque, según él “Se tienen grandes expectativas”. Es el hombre que puede manejar y solucionar los “problemas gigantescos”, “enormes”, los “grandes errores técnicos”, es el hombre que en un año ha hecho y seguirá haciendo un “esfuerzo extraordinario”.

Quién negaría tal combinación de palabras, quién no va a tener altas expectativas cuando él asegura todo lo que asegura y con la firmeza con que lo asegura. Quién no se va a sentir tranquilo cuando al preguntarle sobre el hecho de que las troncales no se han arreglado, él, desde su gran estatura, barba tupida y movimiento concreto de sus brazos abiertos siempre a la misma distancia de sus hombros afirma: “Y no se van a arreglar por ahora.” Con punto final. Su respuesta fue directa, sencilla, tajante, no le dio oportunidad al periodista de replicar con otra pregunta sobre el tema. -¿Quién lo eligió para eso? Nadie-. ¿Quién va a tener la desfachatez de no confiar? ¿Y aun así le madrugaron para empezar su revocatoria?

Al incomprendido ya lo quieren bajar del balcón, retirarlo del palacio de Liévano al menos cuatro organizaciones que no están de acuerdo con sus postulados, que piensan que la venta de ETB es un error, que la venta de acciones de la EEB es un error, que la Van der Hammer no es un potrero, que la privatización y el desarrollo del Metro son una falacia. Parece ser que todo en él es una fachada, hasta su foto con un perro en su cuenta de Twitter queriendo ser políticamente correcto, a pesar que en lo referente a la reapertura de la “fiesta brava” en la Santa María no se ha pronunciado ni siquiera para lamentarla así sea por falsa afinidad con los “antitaurinos”. Al incomprendido lo quieren revocar sin importar que “los cambios inmensos que se van a hacer solo se podrán ver cuando ya no esté en la alcaldía”. Así que, el resultado de la lucha entre este David incomprendido y el Goliat que “se hubiera reventado si la administración anterior hubiera permanecido dos años más” no se va a poder ver en vivo y en directo sino que se va a tener que ver en DVD ocho años después.

El 2017 es el año en el que se empieza a (des)armar a Bogotá. Un enésimo intento por construir el Metro, un enésimo intento de encontrarle el orden al caos. Ya los medios afirman que lo más probable es que el intento de revocatoria sea un fracaso. Peñalosa trabajará todo su mandato. Pero también han afirmado que el incomprendido es así porque sus proyectos revolucionarios y modernizadores son efectivos después de cuatro años. Tal afirmación implicaría que su baja popularidad esta mal medida, pues lo están midiendo por lo que no ha hecho y lo deberían medir es por lo que se ha hecho, téngale en cuenta la apertura de espacios públicos, téngale en cuenta que “se han limpiado los postes de la ciudad”, que se solucionó el problema del “Bronx” y “el Samber”. Si es por eso, entonces aplaudamos al mejor inicio de administración. De todo esto, lo último que se puede decir es que con revocatoria o sin revocatoria, en la variable oportunista que tienden a ser los medios el “in”comprendido no termine por ser señalado al final de su mandato como un David “in”competente.

Inciso: Salieron dos noticias con un sabor paradójico. La primera afirmaba que un SITP se estrelló con una edificación, lo que no decía es que ese no era un bus azul en el cual uno paga su pasaje a partir de la tarjeta. Por el contrario, era de los denominados “provisional” donde uno todavía paga su pasaje con dinero al conductor. La segunda, publicada el 8 de enero comentaba que el nivel excesivo de ruido colapsa un tramo de la carrera séptima. ¿Qué pasó? ¿El alcalde no había afirmado que los problemas de congestión por invasión del espacio público se estaban resolviendo?

lunes, 2 de enero de 2017

A LAS ESPALDAS DE LOS ELECTORES

A LAS ESPALDAS DE LOS ELECTORES
Por: Carlos Gutiérrez.

El final de año es algo indignante. Los colombianos llegan a la máxima expresión de alegría. Cuando sienten que se acabó otro año más de esfuerzo, otro año más de saltar, sobrevivir y poder mantener su poca o mediana calidad de vida realizan sus compras navideñas en medio del caos vehicular y de pasos. El fin de año es una época en la que se anda a ciegas o como los caballos de  las extintas zorras, simplemente mirando al frete, nunca para los lados. Así ha sido desde que se tiene memoria. Al parecer no solo en las calles se ve esa forma de andar, también desde los edificios del congreso.

El 2016 será recordado o pasara a la memoria histórica de la nación por ser el año en el que se cerró un acuerdo de paz con las FARC y luego fue boicoteado en el plebiscito donde ganaría el NO y se debería renegociar o realizar modificación a un acuerdo que, siendo honestos, la mayoría de los votantes no leyó. Será recordado porque a pesar de los cambios sustanciales que se hicieron los del NO siguen inconformes y mantienen a su audiencia con las mismas mentiras que les permitió ganar en octubre. También será recordado porque mientras que se celebraba que al presidente Santos le concedían el premio Nobel de paz y este lo recibía con su mano derecha, con su mano izquierda y con la cara del ministro de hacienda se impulsaba la reforma tributaria que “jodia” a la población y la dejaba con la idea de que la paz no implicaba necesariamente una mejora en la calidad de vida.

Miremos con esperanza lo que pasó. En las palabras del ministro: “Si no se hacia la reforma el país entra en recesión”. Esa frase, tan poderosa ella, implica que la reforma tributaria se aprobó con el fin de que el país no sufriera económicamente y se mantuviera en los estándares y obligaciones adquiridas con organismos internacionales como la OCDE. Se aumentó tres puntos el IVA porque era necesario generar un ingreso que el gobierno no pudo obtener del petróleo debido a las perdidas sustanciales que tuvo, además, hay que señalar que este aumento no afectara la canasta familiar sino simplemente a productos como la tecnología o el transporte, lo anterior lo explico Camilo Herrera en su columna aparecida en El Tiempo.

Lo anterior, tomando la perspectiva “a favor” de la reforma puede ser aplaudido, puede uno decir, claro, el gobierno piensa en la economía del país, el gobierno quiere mantener el flujo de ingreso que mantiene una economía pujante y que intenta salir del tercer mundo. Pero, ¿Por qué aprobar una reforma cuando nadie está pendiente de eso? ¿Por qué nunca se realizan pedagogías en donde se le explique a la población como funciona la economía del país? Pareciera que el gobierno utiliza las fiestas anuales y nacionales para aprobar aquello que afecta en mayor o menor medida al colombiano y lo deja indefenso ante algún alegato, pues, ya pasó navidad y año nuevo, pero todavía quedan las ferias que se fomentan en todas las principales ciudades y en los pueblos. ¿A quién va a afectar si ellos se enteran? Las fiestas nublaron nuestros ojos y nos dejaron a ciegas.

Las acciones que toma el gobierno para afectar a la población colombiana según lo dicho en el párrafo anterior parecen ser evidentes, de ahí su necesidad de aceptarlas y firmarlas cuando la población no piensa en lo que hace el gobierno sino en lo que va a hacer para descansar. Sin pensarlo, o pensándolo muy bien, la reforma tributaria paso por debajo de cuerda mientras todo el mundo se alegraba con la firma del acuerdo y el posterior premio nobel. No queda más que decir que las decisiones se tomaron a espaldas de los electores, ellos no pudieron darse cuenta ni fueron capaces de decir airadamente que “yo no lo elegí para eso”. ¿Con que se va a ocultar este año que entra las próximas reformas que se quieran hacer? Entre los detractores de la reforma, entre los crítico ya se empieza a fomentar la iniciativa de levantarse en protestas por lo que se hizo, ya se quiere despertar a la población, a grita el “¡NO MAS!” Ante tal injusticia, pero, luego de firmada ¿servirá? En la revista New Yorker el colaborador Jelani Cobb escribió que lo que sucedió con Trump está haciendo recordar que “la democracia está en las calles” pero esto se hace antes de que se hable de un “lo siento, muy tarde, solo queda acatar”.

Ya es hora que aquí también se empiece a recordar eso, la democracia también está aquí en las calles, las voces se deben levantar y empezar a proponer movimientos en los cuales se le afirme a los senadores, congresistas y presidentes que en las calles, en los trabajadores, en los estudiantes, en aquellos que reciben mensualmente un mínimo y con eso sostienen una familia de seis están los que los ponen en sus puestos, que son ellos a quienes deben proteger, que son ellos en los que sus aspiraciones se ven convertidas en realidad. Las calles no solo sirven para ver un flujo de gente comprando regalos, adornos o generar trancones, también sirven para proponer y despertar.


Inciso: Es casi deprimente ver que todos los años también se utiliza estas fechas para determinar el valor del salario mínimo del siguiente año. No deprime solo eso, deprime que la reunión de los voceros del gobierno y los representantes de la CUT gasten sus días en la puja de las dos cifras que se proponen para que al final sea por decreto que se dé tal valor. Parece un circo, una fantasmagoría, un comedia o una tragedia que se soluciona de la peor manera, a partir del Deus ex machina.