EL
ANÓMALO BICÉFALO II
Por:
Carlos J. Gutiérrez.
En 1796 un poeta alemán desde
su estudio se miró al espejo, se levantó, se movió de un lado para otro sin
dejar de mirarse en el espejo, sonrió de manera alegre y sus ojos se pusieron
brillantes. Pero, al ver esa felicidad en el espejo, pasó a horrorizarse, pues
no veía la felicidad que pensaba, veía unos ojos brillantes, de cejas bajas y
su sonrisa presento un aspecto malévolo, no de picardía sino de placer malvado.
En silencio, se alejó de su espejo, se sentó en su escritorio y escribió una
única palabra: “Doppeltganger”. Esta tiene como significado “el que camina al
lado” y surge como la idea del gemelo malvado que todos tenemos pero que
siempre negamos. Hoy en día el mundo está lleno de esos dobles. Los líderes,
débiles como se sabe, han empezado a dejar ver ese gemelo malvado que nos
asusta, y que en el caso del recién elegido tiene un aspecto físico que está
lejos de ser un mito.
Nos encontramos cerca del
inicio del funcionamiento de un anómalo bicéfalo en el cual, vemos como
accidentalmente llego a un poder que no conoce y en cual, buscará a su doble para
encontrar ayuda o consejo, pues este es un ser con poderes, un ser que designa
incluso a la persona en la cual quiere encarnar su desdoblamiento. Esto nos
deja una enorme duda que nos asoma al abismo de la incertidumbre ¿Realmente
quedó elegido un ser físico, independiente y libre que decida o se escogió a un
ser inactivo que solo crece cuando su doble toma posesión de él? Hay, el
Doppeltganger del elegido, una fuerza que opaca a la real, porque esta se sabe
débil, pasiva, empujada a lo ilusorio al punto de hacernos creer que parece más
un fantasma la fuerza del elegido que la del mismo doble.
Así, el comportamiento
del elegido no es más que el mismo que satirizó hace 15 años Darío Fo en el
Anómalo Bicéfalo. Una figura grotesca de dos caras, la del pasado y la del
presente, nada más, porque al parecer el futuro es inexistente o por lo menos
incierto. El próximo gobierno es eso, una anomalía de dos formas de
pensamientos que no parecen pelear sino que basan su relación en una forma
parasitaria. Además, al ser bicéfalo, no quiere decir que ambos tomen una decisión
en conjunto, no, lo que sucede es que, como en toda relación, hay alguien
dominante y alguien recesivo.
¿Cómo quedamos nosotros cuando
debemos esperar que el castillo no se derrumbe? El momento de decidir lo
quemamos; y en un mundo donde todos los actos son simplemente relaciones de
causa y consecuencia, debemos saber, que de derrumbarse el castillo, no solo
este anómalo bicéfalo es el culpable. Decía Strindberg que el que ve a su doble
es que va a morir. Y hay que tener cuidado con esta afirmación, no sea que en
la posesión del ungido, el mismo se dé cuenta que al momento de ponerse la
cinta presidencial mire a su doble y sepa que camina hacia su muerte y por
ende, todos debemos tener cuidado porque al final, parece que el que camina al
lado no es el doble sino la figura real.